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¿Siguen vivos los HDD? Tendencias de almacenamiento en 2024

Hoy prácticamente todos los ordenadores se despachan con un SSD instalado, y para los que arman computadoras desde cero, también la norma es usar una unidad de estado sólido como medio de almacenamiento principal. Es imposible negar que, en los últimos años, los SSD le han dado la vuelta por completo a los discos duros tradicionales, al punto que hoy en día es válido preguntarnos si los HDD siguen vivos o si son una reliquia del pasado.

Entrando en detalles, ya sea que estemos hablando de un SSD tradicional o de un SSD NVMe PCIe que se conecta al puerto M.2, lo cierto del asunto es que cualquiera de estas opciones ofrece velocidades vastamente superiores a las de un disco duro tradicional. Estamos hablando de que el SSD promedio es 5 o 10 veces más rápido que el HDD promedio, y cuando tomamos en consideración que las unidades SSD ostentan una mayor longevidad a sus contrapartes mecánicas, el panorama no pinta muy bien para los HDD.

Sin embargo, los HDDs tienen una gracia salvadora: una mejor relación gigabyte/euro, en otras palabras, se han hecho muy baratos, así que todavía tienen sus aplicaciones. En este sentido, los discos duros mantienen una diferencia de coste por capacidad respecto al almacenamiento flash de alrededor de un factor de siete y, contraria a la creencia popular, estos no han dejado de evolucionar en los últimos años, por lo que definitivamente todavía son una opción a considerar para aquellos con grandes necesidades de almacenamiento. En esta ocasión exploraremos cómo han en que escenarios de uso tienen sentido y cómo se comparan de cara a la competencia.

¿Dónde tienen cabida los HDD hoy en día?

Pues en cualquier ordenador con bahía de 2.5 o 3.5 pulgadas. Dejando los chistes malos a un lado, varios sectores constatan la relevancia de los discos duros en el mercado actual, y como fuente citamos a Toshiba, el veterano fabricante japonés con gran experiencia en unidades HDD y muchos otros productos tecnológicos.

Según Rainer W. Kaese, director sénior de Desarrollo de Negocio de HDD de Toshiba Electronics Europe, “las unidades de disco duro son una tecnología de almacenamiento de datos probada y fiable que ha resistido la prueba del tiempo”. Sus beneficios críticos, tales como las altas capacidades y el bajo coste por unidad de capacidad proporcionan una base excelente para las estrategias de almacenamiento en diversas industrias y aplicaciones, incluyendo centros de datos, videovigilancia, computación en la nube y gaming.”

HDD en centros de datos

Actualmente la mayoría de los centros de datos continúa empleando HDDs como medio de almacenamiento principal en instalaciones hiperescalares de servicios en la nube. En este sentido, el estudio de Toshiba señala que cada vez es más común que los datacenters hagan uso combinado de discos duros individuales en RAID (matriz de discos independientes redundantes) para crear soluciones de almacenamiento más rápidas y grandes.

Según Toshiba, ya es bastante habitual encontrar unidades de alojamiento con 24 HDD integrados, y se prevé que esa cifra siga escalando, tal vez a 60 y 120 HDD en un futuro no muy distante.

Discos duros en centros de datos

Una de las grandes razones por las cuales los HDD mantienen su relevancia entre los centros de datos es la sostenibilidad. Por supuesto, al usuario común no le atañen temas como la eficiencia energética y la posibilidad de reciclaje, pero cuando estás a cargo de una compañía con miles de empleados, cientos de servidores y una infraestructura de hardware que mantener, estos se convierten en factores que no se pueden ignorar, pues cada watt consumido es dinero.

En este sentido, avances recientes en la tecnología han logrado introducir más capacidad de almacenamiento por cada 10 vatios que requiere una unidad HDD para funcionar. Por si fuera poco, se siguen investigando maneras de optimizar el uso energético de los HDD mediante funciones como modo inactivo o apagado.

En materia de reciclaje, los componentes de la primera ola de implementaciones de HDD para centros de datos están llegando al final de su ciclo de vida, y dado que están hechos principalmente de aluminio y cobre en lugar de PCB o plástico (como en el caso de un SSD), implica que son más fáciles de reciclar.

Relevancia en videovigilancia

Otro escenario dónde los HDD son la norma es la videovigilancia 24/7, pues naturalmente esta tarea requiere grandes capacidades de almacenamiento respaldadas por hardware asequible y fiable. Por mucho tiempo la mejor manera de almacenar metraje ha sido un HDD, pues en este caso no importa tanto la velocidad, sino el espacio y la resistencia a la escritura intensiva.

En este orden de ideas, Toshiba explica que en un entorno de videovigilancia 24/7, los ciclos altos de anulación en los que los datos sólo pueden conservarse durante unos días desgastan rápidamente a los componentes flash.

Por otro lado, un disco duro tradicional no tiene tales restricciones. Encima de eso, su alto rendimiento de escritura secuencial los hace ideales para tareas de naturaleza secuencial y sostenida, pues les permite retener información incluso cuando se interrumpe el suministro eléctrico. Sobra decir que en la videovigilancia se requiere de integridad y preservación de datos ante posibles cortes de luz.

Como almacenamiento masivo de contenido multimedia

Usar un disco duro para almacenar archivos pesados sigue siendo la opción lógica, pues como ya mencionamos con anterioridad, ofrecen una mejor relación euro por gigabyte que sus contrapartes flash. Si tienes muchos archivos multimedia, volcarlos en un HDD es lo más barato y rápido que hay, y no hay de que preocuparse, pues los discos duros modernos pueden manejar la reproducción de medios 4K sin ralentizaciones. Incluso el próximo estándar 8K no debería plantear problemas importantes para los HDD.

Asimismo, si tienes un servidor NAS en casa, lo más práctico es equiparlo con uno o varios discos duros mecánicos; al fin y al cabo, el cuello de botella para la transferencia de archivos será la conexión de red.

Otro potencial caso de uso involucra a los discos duros externos, pues nos permiten llevar grandes cantidades de datos con nosotros en un formato compacto y sin sacrificar mucho la velocidad. Algo así como el Toshiba Canvio Basics 2TB resulta práctico para llevarnos de viaje todos los archivos que necesitemos.

¿Dónde no tiene sentido usar un HDD?

Con esa cháchara sobre los posibles usos de un HDD podría parecer que nos estamos poniendo de su lado, pero no es el caso, sabemos que tienen desventajas claras y casos de uso dónde ya no son útiles.

En este sentido, son una pésima opción para usarse como unidad primaria dónde instalar el sistema operativo. Tan solo al encender el PC es posible percibir las diferencias entre un SSD y un HDD, y la brecha es abismal. Mientras que cualquier PC moderno con una unidad de estado sólido como disco de arranque puede llevarnos al escritorio en cuestión de 10 segundos, un equipo que todavía use un HDD para bootear puede tardar un minuto o más en arrancar cualquier versión moderna de Windows; esto por no mencionar el tiempo adicional que le lleva abrir los programas de inicio.

Otro escenario dónde ya no podemos recomendar los HDD es el gaming, puesto que los videojuegos modernos se valen de las rápidas velocidades de las unidades SSD para cargar recursos durante el transcurso de la partida. El uso de un disco duro en juegos actuales puede devenir en stuttering (micro congelamientos que causan caídas de FPS), pantallas largas de carga, texturas que no aparecen a tiempo e incluso errores. Por dichas razones, actualmente muchos desarrolladores están especificando el uso de un SSD en los requisitos mínimos de sus juegos.

De igual manera, si eres un creador de contenido y sueles editar muchos vídeos, un HDD no te servirá cuando tengas que manejar múltiples archivos de video 4K HDR, pues el archivo de paginación tiene su impacto en los procesos de edición y renderizado. Ahora, para almacenar el resultado final, los HDD sí que son una buena opción.

HDD vs SSD

Ya establecimos que un SSD promedio barre el suelo con un HDD en términos de velocidad, durabilidad y eficiencia energética, pero ¿qué tan grande es la brecha? Averigüémoslo. Entrando en detalles, un HDD SATA 3 por lo general alcanza velocidades de lectura secuencial de 150MB/s y de escritura secuencial de 130MB/s.

En el mejor de los casos, un disco duro de gama alta como el Seagate Ironwolf Pro puede ofrecer velocidades de 286Mb/s y 279Mb/s de lectura y escritura secuencial. Por otro lado, el SSD SATA 3 más básico que podamos encontrar a la venta hoy en día entrega velocidades de 500MB/s (tanto de escritura como de lectura secuencial). La ventaja incrementa exponencialmente si tomamos en consideración a los modernos SSD NVMe PCI Express en la comparativa.

Gráfico vía cgdirector.com

Como podrán observar en el gráfico de arriba, los NVMe PCIe 4.0 actuales pueden conseguir velocidades de lectura y escritura secuencial de 7.000Mb/s y 6.500Mb/s, respectivamente. Esto ya es otro nivel, y ni siquiera hemos hablado de los nuevos NVMe PCIe 5.0, que ya rozan el umbral de los 10.000mb/s.

La relación euro/dólar por gigabyte salva a los HDD

Viéndolo desde solo esta perspectiva, es comprensible que muchos den por muertos a los HDD, pero estos tienen una gracia salvadora que incluso el usuario promedio puede apreciar, y se trata de la relación gigabyte por euro. Con tan solo chequear nuestra tienda online de preferencia, nos daremos cuenta de que un buen NVMe de 1TB como el popular Samsung 980 puede constarnos aproximadamente 70 euros, mientras que por ese mismo precio encontramos discos duros de 2TB de capacidad.

Si vamos más arriba en la horquilla de precios, podemos encontrar opciones como el Seagate IronWolf de unos generosos 4TB por alrededor de 120 euros, mientras que un SSD de esa misma capacidad no cuesta menos de 220 euros en la actualidad. Esta tendencia se repite en todos los segmentos de precio, y en este punto hay que reconocer que los HDD todavía conservan una ventaja importante sobre los SSD, pero ¿por cuánto tiempo más?

El futuro del almacenamiento

A pesar de todos los argumentos que tengamos a favor de los discos duros, está bien claro que el futuro de la tecnología de almacenamiento reside en los NVMe (Non-Volatile Memory Express). Estos avances tienen como objetivo mejorar aún más el rendimiento del almacenamiento al permitir que la GPU acceda directamente a los datos desde la unidad de almacenamiento. Idealmente, esto requeriría un SSD NVMe, que ofrece velocidades de transferencia mucho más altas que los SSD y HDD SATA tradicionales.

El almacenamiento directo, junto con la tecnología NVMe, promete eliminar posibles cuellos de botella y mejorar aún más el rendimiento general de los ordenadores y consolas modernas, brindando una experiencia de usuario inmersiva y fluida, particularmente en aplicaciones multimedia y en juegos.

Naturalmente, se espera que esta tecnología de almacenamiento se haga más asequible a medida que pase el tiempo, y probablemente para ese entonces los discos mecánicos pasen a mejor vida.

Conclusiones

Con todo eso dicho, podemos concluir que los discos duros no están del todo obsoletos. Actualmente ofrecen un mejor valor de costo por gigabyte que los SSD y siguen alcanzado capacidades aún mayores. La existencia de un almacenamiento más rápido no invalida repentinamente las décadas de uso de HDD en el terreno del almacenamiento masivo. Sin embargo, está muy claro que ya no tienen lugar en varias aplicaciones y casos de uso exigentes, como por ejemplo edición de vídeo, gaming y como disco principal para instalar el sistema operativo de una computadora.

Por otro lado, como medios de almacenamiento masivo son geniales. Para guardar archivos multimedia que no ameriten una gran velocidad de transferencia son muy útiles. En este sentido, muchos powerusers siguen recomendado el uso de un disco duro como un medio secundario, por lo que la configuración óptima quedaría de la siguiente manera:

Yo en lo personal todavía mantengo en mi ordenador de escritorio un disco de 4TB que compré hace un par de años a precio de regalo, y me viene de perlas para guardar mis películas y proyectos de vídeo ya finalizados, así como también para crear respaldos, puntos de restauración de Windows y alojar los juegos que no juego con frecuencia. De esta forma, mantengo el SSD NVMe PCIe de 1TB disponible para los archivos y programas/juegos que utilizo a diario, los cuales se benefician de las velocidades de transferencia casi instantáneas de las unidades flash.

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